La ley de Murphy dice que si algo puede salir mal, saldrá mal. El 2017 no ha sido un año bueno para Venezuela: 117 días de protestas activas, una consulta popular convocada por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), elecciones atrasadas -y presionadas- de gobernadores y alcaldes, y -a tan solo días para cerrar el año- regresan las protestas en las regiones por falta de comida, agua, gas y gasolina.
Haciendo un balance, los venezolanos han resistido un año marcado por la agenda electoral.
Así estuvo la participación de la sociedad civil:
- 16 de julio: “El pueblo decide”. Fue una consulta pública convocada por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), jornada en la que participaron 7 millones 180 mil 170 venezolanos y dijeron “No” a una Constituyente. Pero el resultado no se hizo esperar y -ante la presión de la sociedad civil- a Maduro no le quedó otra opción que permitir la realización de “elecciones limitadas”, entre ellas gobernadores y alcaldes.
- 30 de julio: Elección de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Fueron elegidos 527 constituyentes (364 de manera territorial y 163 de forma sectorial) y participaron –según el CNE- 8.089.320 electores, aunque la MUD insiste en que participaron 2.483.073.
- 15 de octubre: Elección de Gobernadores. El oficialismo ganó 18 gobernaciones mientras que la oposición sólo logró alzarse con 5 (Anzoátegui, Mérida, Nueva Esparta, Táchira y Zulia). Un resultado inesperado para la MUD, que estimaba alcanzar, al menos, 14 gobernaciones. Cuatro de los cinco opositores se presentaron ante la Constituyente cubana y ante la negativa de Juan Pablo Guanipa (Zulia), fue repetida la elección de gobernador el 10 de diciembre. Participaron 11.035.898 (61,03 %) votantes.
- 10 de diciembre: Elección de alcaldes. Se eligieron a 335 alcaldes en todo el territorio nacional, contando con una participación de 9.139.564 votantes. La MUD ante la negativa de participar en esta contienda electoral, no se medió con el oficialismo y perdió terreno.
Ya elegidas las autoridades, las promesas a los votantes de los sectores más necesitados no se hicieron esperar: distribución por las bolsas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) y pernil para quienes votaron por los oficialistas.
Sin embargo, la mentira tiene patas cortas: habitantes de Caracas, Yaracuy, Carabobo, Bolívar, Lara, Mérida, Miranda, Guárico y otros estados, decidieron salir a las calles a fin de exigir a los representantes de los CLAP el cumplimiento de dichas ” promesas”.
A estas protestas también se suman las largas colas que se realizan a las puertas de las estaciones de servicio que -en muchos casos- superan las 24 horas, sobre todo en los estados más efectados: Táchira, Mérida, Lara, Trujillo, Zulia, Nueva Esparta, Carabobo, Aragua y Barinas.
Mientras un sector asegura que la escasez de gasolina y diesel, así como de aceites para los vehículos particulares, de carga, agroindustriales y aeronáutico, se debe a la baja producción de los mismos por la empresa estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), el Gobierno sigue escudándose tras el “coco” de Estados Unidos, a quien culpa -junto a Canadá- del bloqueo comercial.
A este país de escasez también se suman las protestas por la falta de distribución de gas doméstico. No podemos cerrar este resumen del 2017 sin tocar la nueva etapa económica venezolana: La hiperinflación.
Según los más recientes datos ofrecidos por la Asamblea Nacional (AN), la economía venezolana terminará el año 2017 con una inflación acumulada de más del 2.000 %, una cifra que refleja la mayor crisis política, social y económica de la historia de la Venezuela contemporánea, además de un Producto Interno Bruto (PIB) con franca caída de 34% en los últimos 4 años -desde el inicio de la era Madurista-.