Ceres es un lugar extraño, y la NASA ha averiguado, mediante su misión Dawn, que ese planeta enano podría ser mucho más habitable que lo que los científicos habían supuesto.
Ahora, el organismo espacial planea explorar Ceres con mayor detalle, enviando a la nave Dawn más cerca que nunca de su misteriosa superficie.
Luego de un viaje de más de siete años, el viernes 6 de marzo de 2015 la nave espacial Dawn de NASA llegó a Ceres convirtiéndose en la primera sonda en visitar un planeta enano y en situarse en órbita alrededor de dos cuerpos del sistema Solar diferentes al sistema Tierra-Luna.
No es común que los cuerpos que hacen parte del Cinturón de asteroides tengan gran cantidad de agua y se sabe que Ceres, de unos 950 kilómetros de diámetro, el mayor representante de esta región del Sistema Solar, contiene agua en abundancia, expulsando al espacio hasta 6 kilos de vapor por segundo, según investigaciones de la Agencia Espacial Europea y la Universidad de Florida Central con ayuda del telescopio Hershel.
Chris Russell, profesor de UCLA e investigador principal de la nave espacial DAWN en una entrevista para Space.com hizo énfasis en que: «La misión Rosetta no encontró el agua que buscaba en el Cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko, así que probablemente el agua de la Tierra no viene de muy lejos, sino del Sistema Solar interno. Ceres es un cuerpo con gran cantidad de agua, un cuarto de su masa es agua, y tres cuartos son roca. Tal vez si un par de cuerpos como Ceres colisionaron con la Tierra, podríamos explicar de dónde vino el agua de nuestro planeta”.
Desde su descubrimiento en 1801, Ceres, diosa de la tierra y de la agricultura en la mitología romana, se ha conocido como planeta, luego como asteroide, y desde 2006 como planeta enano. La idea de que un planeta desconocido existiera entre las órbitas de Marte y Júpiter fue sugerida por Johann Elert Bode en 1768. El astrónomo alemán se basaba en la Ley de Titius-Bode, teoría propuesta por Johann Daniel Titius en 1766 y el descubrimiento de Urano por William Herschel en 1781, motivó a confirmar la ley publicada sólo tres años antes.
Carlos Molina, jefe científico del Planetario de Medellín, narró esta historia en «El cielo esta noche»: “Varios astrónomos formaron una comisión ‘detectivesca’ en búsqueda del quinto planeta desde el Sol y finalmente el 1 de enero de 1801, en el Observatorio de Palermo el monje Giuseppe Piazzi, quién no pertenecía a la comisión de búsqueda, descubrió Ceres, el primero de los asteroides”.
El cinturón de asteroides es una región del Sistema Solar comprendida aproximadamente entre las órbitas de Marte y Júpiter. Alberga multitud de objetos irregulares, denominados asteroides, y al planeta enano Ceres. Esta región también se denomina cinturón principal con la finalidad de distinguirla de otras agrupaciones de cuerpos menores del Sistema Solar, como el cinturón de Kuiper o la nube de Oort.
En una conversación sobre cuerpos menores del Sistema Solar en el programa radial Universo en expansión, Pablo Cuartas, doctor en astrofísica y profesor de ciencias planetarias de la U. de A., nos contó: “Inmediatamente se reclasificó a Plutón como un planeta enano, otros cuerpos de tamaño y características similares se organizaron en esta categoría también. Ceres, a diferencia de Plutón, subió de jerarquía, pues antes era considerado el más grande representante del cinturón principal de asteroides”.
La superficie de Ceres está plagada de cráteres y su relieve es muy pronunciado, lo que le da la apariencia de una pequeña luna con manchas blancas, pero en realidad está formada principalmente por hielo y no por roca como la de nuestra Luna y la de Mercurio.
Para disfrutar de imágenes espectaculares de este cuerpo debemos esperar cerca de un mes. Debido a la particular trayectoria de aproximación, Dawn se alejará de Ceres durante los próximos días antes de regresar para una sesión de fotografías planeada para el 10 y 14 de abril de 2015.
Revive dos conversaciones que hemos tenido con astrónomos de la región sobre cuerpos menores del Sistema Solar.