Nuestro origen y el de todos los animales vivos surgió hace 750 millones de años en una criatura, nuestro ancestro, que semejaba las esponjas marinas.
Eso sugiere un estudio publicado en Current Biology, según el cual, de acuerdo con los investigadores, pone punto final al largo debate sobre cuáles fueron los primeros animales de los que se derivaron todos los demás.
Hasta ahora, otros estudios han apuntado a los ctenóforos, un filo de animales del cual se han encontrado especímenes de hace más de 500 millones de años.
Para los investigadores de la Universidad de Bristol en el Reino Unido fueron las simples esponjas y no los complejos ctenóforos los que representan la línea más antigua de animales.
Los análisis genómicos acerca de si fueron las esponjas o los ctenóforos los primeros ancestros han presentado resultados que para algunos científicos no permiten una respuesta contundente.
Pero los científicos de Bristol encontraron, según su estudio, las razones de que no hubiera habido datos concluyentes y sostienen sus conclusiones que las esponjas son el linaje más antiguo.
El artículo fue realizado junto a colegas del Caltech en Estados Unidos, la Ludwig-Maximilians-Universität (LMU), en Munich (Alemania), y otras instituciones de varios países.
Davide Pisani, de Bristol, uno de los científicos comentó: “El hecho es que las hipótesis acerca de si fueron primero las esponjas o los ctenóforos, sugiere distintas historias evolutivas para órganos claves de los animales como los sistemas nervioso y digestivo. Por ende, conociendo el orden correcto de la diversificación en la raíz del árbol de los animales es fundamental para entender nuestra evolución y el origen de características claves de la anatomía animal”.
En el estudio los científicos usaron técnicas estadísticas de última generación y hallaron que para las mismas bases de datos, los modelos que mejor pueden describir la información favorecen las esponjas como la base de la raíz del árbol de todos los animales, mientras que los modelos que más fallan se inclinan por los ctenóforos.
Para Roberto Feuda, otro de los científicos, del Caltech, los resultados ofrecen una explicación más simple del efecto que otorgaba resultados mixtos. Su conclusión es que las esponjas, organismos simples, que se alimentan filtrando partículas pequeñas del agua son nuestros ancestros.
El momento en que divergieron otros animales de ellas fue hace mucho tiempo, pero pese a ello las esponjas han cambiado poco desde entonces, aunque son muchas más especies hoy.
Son animales que no hacen mucho en verdad, permaneciendo en su punto filtrando la comida.
Los ctenóforos, por otra parte, que pueden ser más parecidos a las medusas, con más llamativos y se impulsan por sí mismos en el agua, tienen patrones de luces y un sistema nervioso simple e intestinos, incluyendo boca y ano.
Para los investigadores, si los ctenóforos son nuestros ancestros más antiguos, eran más complejos entonces y las esponjas perdieron esas características o estas evolucionaron múltiples veces en los animales.
Pero si son las esponjas el ancestro común más antiguo, el escenario es más simple
Pisani cree que el estudio es la última palabra sobre nuestro origen, un tema de controversia científica desde hace varias décadas.
Otros investigadores que han trabajado el tema, como Antonis Rokas, de Vanderbilt University, citado por The Guardian, creen que el nuevo estudio es llamativo, pero que no es la última palabra. Piensa que los autores inclinaron la balanza hacia las esponjas, pero estima que faltan más análisis de genomas de estas y de los ctenóforos para tener más certeza.
Si el estudio de Pisani y colegas está en lo cierto, de las esponjas descendemos nosotros, pero también nuestros gatos, perros, caballos y demás animales.
¿Ultima palabra?.