El casco de Dios, el aparato que aumenta las capacidades psiquicas

¿Nuestro cerebro puede crear fenómenos paranormales? ¿Se puede estimular el cerebro para sintonizar con ese otro lado? ¿Cómo pueden afectarnos grandes campos magnéticos como los emitidos por tormentas solares?

La fe — ya sea en Dios, en lo sobrenatural o en la existencia de entidades celestiales y demoníacas — es un tema que ha sido debatido por la Ciencia. Pues una pareja de especialistas en neuropsicología desarrolló hace algunos años una serie de experimentos enfocados a provocar en los participantes experiencias relacionadas con la percepción de presencias míticas y hasta espirituales.

El experimento, creado por los investigadores de Michael Persinger y Stan Koren, de la Université Laurentienne, ubicada en Ontario, Canadá, consiste en cerrar los voluntarios en una cámara carente de estímulos luminosos y sonoros y hacerlos usar un casco que se hizo conocido por el nombre de “Casco de Dios”.

Crear experiencias místicas

El casco cuenta con cuatro electrodos de cada lado que generan campos magnéticos de baja intensidad y con estándares específicos que se dirigen a los lóbulos temporales de quién lo está usando. Con esto, los investigadores provocan una interferencia en la actividad cerebral por medio de pulsos regulares, y el resultado es que ellos inducen a los participantes a tener experiencias trascendentales.

De acuerdo con los científicos, cuando los participantes del experimento son sometidos a pulsos, el lóbulo temporal izquierdo transmite esa interferencia al lóbulo temporal derecho, que, a su vez, interpreta la perturbación en la forma de una presencia — que puede ser sentida y, en algunos casos, incluso “excelente”.

Dependiendo de quien está pasando por la experiencia, las sensaciones producidas pueden traducirse de diferentes maneras — como en la percepción de la presencia de ángeles, demonios, seres queridos ya fallecidos, de Dios etc. Además, según los científicos, el 80% de las personas que probaron el casco — incluyendo los participantes ateos — señalaron sentir que había “algo” con ellas en la cámara. Sólo el 20% dijo no haber sentido nada significativo.

Lo más curioso es que no solo es el casco que provoca las experiencias. Según explicaron los investigadores, los campos magnéticos naturales también pueden desencadenar este tipo de sensación — como es el caso de las lluvias de meteoros, por ejemplo —, especialmente en personas con predisposición a sentir presencias sobrenaturales.

la Explicación científica

Básicamente, lo que Persinger y Koren hacen durante los experimentos es la de inducir artificialmente la persona que está usando el casco a creer que está en la presencia de Dios — o de quien quiera que sea. Así, según dijeron, las experiencias religiosas pueden ser explicadas como un “efecto colateral” de las actividades de los diferentes hemisferios cerebrales.

Según los científicos, cuando el hemisferio derecho del cerebro, que se encarga de procesar las emociones, es estimulado, especialmente la región que los científicos creen que será la responsable de controlar nuestra identidad, entra en escena el lado izquierdo, que “contiene” el centro responsable de procesar el lenguaje. Y, para explicar lo que está sucediendo, el hemisferio izquierdo se crea la sensación de presencia, de que existe una entidad invisible con nosotros.

Cientos de personas pasaron por el experimento y, entre los seres más populares descritos por los participantes están Jesucristo, el Profeta Mahoma y la Virgen María. Pero también hay voluntarios que tratan de encontrar explicaciones para la experiencia en la psicología, y los que se refieren las presencias con personas queridas que han fallecido y hasta con el secuestro o visitas de seres extraterrestres.

Como resultado de los experimentos, Persinger y Koren la conclusión de que las experiencias sobrenaturales de apariciones angelicales a las experiencias de casi-muerte, pasando por la interacción con los seres extraterrestres, episodios  paranormales, visiones del infinito, patrones luminosos, etc. — pueden ser explicadas a través de la interferencia en la actividad cerebral.

Y usted, querido lector, ¿qué te parece?